UN PETIT VOYAGE DANS UNE MÉDUSE GÉANT




Y resultó que dimos un pequeño viaje en una medusa gigante, Pachmina era mi guía, yo una pequeñita luz en su faro.
Le inventé un acuario en el cual una caracola de Neruda le decía la hora y en las sombras que tanto ella temía hacía con mis manos unos caballitos de mar.
Barcos de papel tenía su pecera y una botella con un diminuto mensaje.
Todos los días venía con vasitos de agua para equilibrar las olas.
Un día la luna se puso pálida y la mar engreída, su duelo fué en el océano formando estrepitosa tormenta.
¿Dondé estás mamá? ¿Por qué nos hemos quedado a oscuras?
¿Por qué los navíos no ven dónde pasan? me decía su voz japonesa.
Al ver que el miedo se aproximaba en forma de ola, toqué mi violín en medio de las aguas, dejando a mi paso una danza francesa en la corriente...
Las sirenas son perspicaces saben donde poner de azul los espacios, si no le temes a mi aspecto te llevaré al océano como se vé desde una nube.
Los sueños están hechos de agua decía la Madame Méduse mientras volábamos.