DUELO DE PRINCESAS...



Las estrellas se movían a velocidad de vértigo, unos cuervos me indicaban el camino hacia el famoso Teatro de Las Sombras en el cual yo danzaría en el acto del trapecio, temí por mi violín stradivarius ya que uno de mis sueños era que el pequeño Vincent tocara la Noyee en mi acto de las cosas etéreas... La luna por encima de mi cabeza hacía presagiar el duelo, había dado de beber a un espantapájaro vivo y Oberón su Arlequín sin querer se había quedado dormido.
Y resultó que Lady Ligeia era una Princesa pequeñita, poco a poco se hizo el alba y un cuervo en miniatura le cepillaba el cabello, el silencio se apoderó del lugar y la luna se quedó dormida y se desvanecieron sin dejar rastro...
¡Y el ángel! ¿dónde está? para un duelo tenemos que estar todas ¡insistí!

Se abrió un camino a la diestra, en mitad de un cielo encantado, que hubiese jurado haberlo visto antes en una de mis pesadillas de niñita buena, parecía descendente, muy descendente conforme caminaba por él y tenía miedo...

-Estos son tus terrenos, te mostraré el camino Ligeia-
¡quiero que cuando crezcas seas una Princesa Mala!-...
Le decía Poe antes de quedar dormida...