

Los libros se conocen entre sí, saben en cuales páginas pueden encontrarse, cuales son las hojas más gastadas y cuales son los títulos más apetecidos por los niños pequeños...
Entre ellos se protegen cuando los años pasan, zurcen sus grietas y procuran que sus títulos brillen en los rincones más oscuros de la biblioteca...
Hay libros encantados por sapos, otros de historia y geografía y matemáticos con decimales infinitos...
Los libros de papelucho jamás pasan de moda, y casi nunca están en los estantes, siempre están sus espacios libres, hay libros de todos los colores y formas...
Los libros hablan... son mágicos, pocos saben este secreto, algunos lloran por sus historias con finales tristes, muchos abren sus brazos y se leen entre ellos hasta enamorarse de sus protagonistas, danzan las palabras al ver sus obras y sus obras por letras mayúsculas... la vida pasa, las generaciones, los niños son adultos y sus hijos siguen la tradición de leerlos, los libros tienen memoria de elefante y recuerdan las risas de todos sus lectores aunque estos ahora sean protagonistas de enciclopedias, los libros jamás olvidan lo importante que son en nuestras vidas...